Un niño se levanta por la mañana y se toma un vaso de leche con cacao y cereales. Un desayuno bastante habitual en muchos países del mundo, pero… ¿Sabemos cuanto azúcar está tomando nuestro hijo en este desayuno?
Un tazón de leche de 500 ml con cacao contiene unos 21 gramos de azúcar, es decir una 5 cucharaditas, y con unos 50 gramos de cereales azucarados casi dos cucharadas más de azúcar. La merienda es otro momento donde los niños consumen mucho azúcar. Por ejemplo, si les damos un zumo de naranja envasado de 250 ml el niño se está bebiendo 30 gramos de azúcar, es decir unas 7 cucharaditas. Si además le damos un yogurt de frutas significa 4 cucharitas más de azúcar y unas galletas con pepitas de chocolate 5 más. En total el niño, solo con el desayuno y la merienda, ha tomado 23 cucharaditas de azúcar, unos 95 gramos, cifra que supera por mucho lo recomendado.
Los niños entre los 2 y 18 años deben ingerir diariamente menos de seis cucharaditas de azúcar añadida, lo que equivale a 25 gramos, según recomiendan un grupo de científicos en una publicación de la revistaCirculation de la Asociación Americana del Corazón.
Las recomendaciones, diseñadas para mantener a los niños sanos, busca fijar un límite específico en el consumo de azúcares añadidos. “Nuestra recomendación de destino es el mismo para todos los niños entre los 2 y 18 años para que sea sencillo para los padres y los defensores de la salud pública”, ha señalado Miriam Vos, autora principal de las recomendaciones, experta en nutrición y profesora asociada de pediatría de la Escuela Universitaria de Medicina de Emory en Atlanta, Georgia.

«La recomendaciones ponen el límite en los 25 gramos de azucares añadidos, siendo indiferentes que se ingieran en líquidos o sólidos.»

La recomendaciones ponen el límite en los 25 gramos de azucares añadidos, siendo indiferentes que se ingieran en líquidos o sólidos; esto podría equivaler a 100 calorías al día o seis cucharaditas de azucares al día. Asimismo, los niños y adolescentes deben limitar su consumo de bebidas endulzadas con azúcar a no más 250 mililitros a la semana. Mientras que los niños menores de 2 años no deben consumir alimentos o bebidas con azúcares añadidos, incluidas las bebidas endulzadas con azúcar.
El consumo de alimentos con alto contenido de azúcares añadidos durante la infancia está relacionada con el desarrollo de los factores de riesgo relacionados con las enfermedades cardiovasculares, tales como un mayor riesgo de obesidad o hipertensión arterial.
La probabilidad de que los niños desarrollen estos problemas de salud aumenta proporcionalmente al abuso de los azúcares añadidos consumidos. Los niños con sobrepeso son más propensos a ser resistentes a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2, recuerdan los expertos en un comunicado.
”Ha habido una falta de claridad y consenso en cuanto a la cantidad de azúcar añadido que se considera seguro para los niños, por lo que los azúcares siguen siendo un ingrediente comúnmente añadido en los alimentos y bebidas, y el consumo total de los niños sigue siendo alta”, ha afirmado Vos, quien recuerda que el niño americano típico consume aproximadamente el triple de azucares añadidos de lo recomendado por los expertos.

«El consumo de alimentos con alto contenido de azúcares añadidos durante la infancia está relacionada con el desarrollo de los factores de riesgo relacionados con las enfermedades cardiovasculares.»

Este limite propuesto por este grupo de científicos coincide con la directriz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el consumo de azúcares , que recomienda que los azúcares añadidos no supongan más del 10% de las calorías que se tomen cada día. Y apuesta por que el umbral sea del 5% de la ingesta calórica, lo que equivale a unos 25 gramos de azúcares añadidos al día, o no más de seis cucharillas.
Las seis cucharillas son un ejemplo gráfico, porque la OMS reconoce que la mayoría de los azúcares añadidos que se consumen no son los que se echa en el café o al hornear un bizcocho en casa, sino que están ocultos en muchos alimentos procesados, desde los dulces a otros que aparentemente no lo son pero incluyen azúcares como saborizante o para darle textura. Y, una de las mayores fuentes de azúcares añadidos son las bebidas azucaradas (refrescantes, energéticas, zumos…).
Eso sí, tanto la OMS como el grupo de científicos cuando hablan de reducir el consumo de azúcar añadido no incluyen alimentos que contienen azúcares de forma natural. La fruta o la leche contienen azúcar beneficioso para el organismo y son un gran alimento para los niños y los adolescentes.
Fuente: diario «La Vanguardia»
http://www.lavanguardia.com/vivo/ecologia/20160901/4138174804/ninos-azucar-anadido-salud-enfermedades-cardiovasculares-consumo-nutricion.html