Estas enfermedades son las principales causas de muerte en los países desarrollados donde prima una dieta rica en sal y en grasas. En España, la hipertensión arterial, el principal factor de riesgo para sufrir un infarto o un ictus, afecta a 1 de cada 3 adultos, según el Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (ENRICA) publicado en 2012.
Estos datos fueron aportados por Napoleón Pérez Farinós, epidemiólogo de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en su ponencia sobre el exceso de sal y salud de la Jornada “Avances y Controversias en nutrición y salud” organizada por el grupo de investigación UCM-Valornut en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.

Según este experto, ya una reducción de 1 a 3 gramos de sal al día causa efecto en la bajada de la hipertensión arterial. En el caso de personas que no son hipertensas pero mantienen siempre un consumo de sal por encima del aconsejado tienen más riesgo de llegar a padecerlo, aunque también hay que tener en cuenta su predisposición en función de factores genéticos y ambientales.

Además, el consumo excesivo de sal es una “puerta abierta” al sobrepeso y la obesidad, en especial por llevar al consumo de bebidas azucaradas, y también supone un riesgo para el cáncer gástrico.

¿Sabemos cuánta sal consumimos?

La sal es buena y su consumo es necesario siempre en las dosis recomendadas que, según la organización Mundial de la Salud, no debe sobrepasar los 5 gramos al día en adultos.
Según un estudio promovido por la AESAN en 2011, los españoles consumimos 9,8 gramos de sal al día, el doble de lo que se recomienda. Sin embargo, calcular el consumo de sal diario es difícil ya que la mayoría no procede del salero, sino que dos tercios de la sal que tomamos proviene de los alimentos procesados.
Las principales fuentes de sal, explica Pérez Farinós, proceden de los embutidos, de los panes (como los de molde), de los quesos y de los platos preparados. En total, un 56,9 por ciento de la sal proviene de esos alimentos, según datos aportados por el experto.
Las diferentes estrategias de salud han logrado el compromiso de la industria alimentaria de reducir la sal en sus productos y aunque todavía no está publicado, un nuevo estudio ya contempla reducciones en algunos alimentos como los cereales, el pan o los platos preparados.

¿Cómo disminuir el consumo de sal?

El también profesor de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense ofrece algunas recomendaciones:

  • Reducir el aporte de sal en las comidas que preparamos.
  • Utilizar saleros con los agujeros más finos para evitar una mayor caída de sal.
  • Adquirir en las tiendas de alimentación productos que se publicitan ya como bajos en sal.
  • Advertir en los restaurantes que preferimos platos con poca sal.
  • Leer las etiquetas de los alimentos procesados, comparar entre varios y escoger el que indique un porcentaje de sodio más bajo.
  • Reducir la sal poco a poco de las comidas ya que, como afecta al sabor,  ayuda a acostumbrar nuestro paladar.

Foto: EFE/ase
http://www.efesalud.com/noticias/objetivo-contra-la-hipertension-reducir-la-sal-a-la-mitad/