Actualmente es muy común el pensar que todas las grasas son perjudiciales y por tanto deberíamos eliminarlas de nuestra alimentación. Sin embargo esto no es así, las grasas son parte de una alimentación equilibrada y son necesarias para un correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.
Algo muy importante para utilizar correctamente las grasas en nuestra alimentación es conocer cuales nos favorecen y cuales no, debido a que estas repercutirán directamente en nuestra salud.
Grasas saludables:
Las grasas saludables las encontramos principalmente en alimentos de origen vegetal  y  en los pescados azules. Podemos dividir las grasa en 3 tipos:

  • Monoinsaturadas → El alimento a destacar en cuanto a grasas monoinsaturadas es el aceite de oliva, tan utilizado en nuestra alimentación mediterránea. También lo podemos encontrar en muchos frutos secos, el aguacate, etc.

Propiedades:
– Disminuye el colesterol malo (LDL) y aumenta el colesterol bueno (HDL)
– Disminuye la presión arterial debido a su acción vasodilatadora
– Previene de coágulos de sangre y mejoran la acción cardiaca

  • Omega 6 (poliinsaturados) → Está presente en mayor medida en aceites vegetales de semilla como el de girasol, también lo encontramos en frutos secos y legumbres.

Propiedades:
– Reduce los niveles de triglicéridos y colesterol malo (LDL) en sangre.
– Previene enfermedades cardiovasculares
– Mejora el aspecto de la piel y el cabello ya que esta grasa también reduce la acción de los radicales libres.
* Ya hemos mencionado los efectos beneficiosos que produce el consumo del omega 6, pero también debemos tener en cuenta que en cantidades excesivas pueden haber efectos perjudiciales producidos por la elevación en la concentración de un tipo de eicosanoides (moléculas inflamatorias, vasoconstrictoras o proagregantes plaquetarias) que pueden incrementar el riesgo de enfermedad cardiovascular.

  • Omega 3 (poliinsaturados) → Principalmente lo podemos encontrar en los pescados azules (salmón, atún, caballa, sardina), en los frutos secos como las nueces y también en algunas semillas y vegetales.

Propiedades:
– Mejoran la función intestinal
– Fortalece el sistema inmune y nervioso
– Ayuda a controlar la presión arterial y disminuye los niveles de colesterol malo (LDL)
Dentro de lo que entendemos por grasas malas encontraríamos las grasas saturadas y las hidrogenadas o trans. El principal motivo por el que este tipo grasa es perjudicial es por el aumento en la cantidad de colesterol malo (LDL) que provoca su consumo, además de aportarnos calorías que en mayor medida utilizaríamos para aumentar de peso y que a la larga aumentaría el riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares. (Deberíamos reducir su consumo a nivel ocasional)
Alimentos que la contienen: Embutidos, harinas refinadas, quesos, bollería, margarinas, snacks, carnes rojas, etc.
Gabinete de Alimentación y Nutrición de la Universidad de Alicante (Alinua)