Según investigadores estadounidenses, en esta temporada los niños pueden obtener un peso no deseado, sobre todo si ya sufren de sobrepeso. Y resaltan que lo sorprendente no es el aumento de kilos en sí, sino la aceleración de este proceso.
El estudio, publicado en la edición de este mes de la revista Preventing Chronic Disease, recopiló las conclusiones de siete investigaciones que valoraron a niños desde los 5 años hasta la adolescencia, en los Estados Unidos.
El equipo de expertos de la Universidad de Harvard halló que en seis de estos, los pequeños subían más de peso en los meses de verano, en dicho país, que en época estudiantil. Algunos especialistas indican que aún falta investigar las potenciales causas de esta situación, pero resaltan la importancia de promover campañas de alimentación sana y actividad física durante esta época.
Algunos consejos
Aunque parezca difícil, es importante seguir respetando los horarios de alimentación. Los niños deben comer las cinco comidas diarias (desayuno, almuerzo y cena, y las dos meriendas). La dieta debe incluir alimentos balanceados.
Uno de los principales errores es brindarles comida chatarra, artificial o exceso de dulce entre las comidas principales. Lo ideal es incrementar el consumo de frutas y verduras, y moderar el de carbohidratos.
De otro lado, se debe eliminar el sedentarismo; en este aspecto es vital la ayuda de los padres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que se debe realizar mínimo media hora de actividad física al día.
Algunas ideas para hacerlo es ir a parques seguros, practicar algún deporte, pasear con la mascota, entre otros. También es importante controlar el tiempo que los pequeños pasan en frente del televisor, el ordenador, las tabletas o el celular.
La época de las vacaciones también se puede enriquecer con salidas culturales y planes en familia, como ir a museos, cines, exposiciones y espectáculos abiertos.
 
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