Añadir algas rojas a la dieta del ganado vacuno reduce hasta un 82% la emisión de metano en la digestión de los animales

«El sector ganadero genera más gases de efecto invernadero -el 18% del total, en equivalente de dióxido de carbono (CO2)- que el sector del transporte».

La cita no está sacada de la web de un grupo ecologista sino del portal oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y resume uno de los apartados más preocupantes de la relación entre ganadería intensiva y protección del medio ambiente. Ver más datos al respecto en el informe La larga sombra del ganado. FAO, 2009.

Para controlar la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero en el sector de la ganadería existen dos propuestas principales: reducir la producción/consumo de carne y adaptar la alimentación del ganado -rumiantes- con el objetivo de que durante el proceso de digestión produzcan menores cantidades de gases como el metano.

Cambios en la dieta

Respecto al segundo de estos apartados, durante los últimos años se han llevado a cabo diversos estudios y trabajos de campo en la adaptación alimenticia del ganado vacuno.

Los resultados de una de estas investigaciones, liderada por expertos de la Universidad de California en Davis (Estados Unidos), se presentan esta semana en la revista científica PLoS One.

La principal conclusión es que incorporar suplementos de algas rojas de la especie Asparagopsis taxiformis a la dieta del ganado vacuno, «podría reducir las emisiones de metano de estos animales de granja hasta en un 82%, y allanar el camino para la producción sostenible de ganado en todo el mundo», según destaca el servicio de comunicación de la Universidad de California en una nota divulgativa de los resultados del nuevo estudio.

«Ahora tenemos pruebas sólidas de que las algas marinas en la dieta del ganado son efectivas para reducir los gases de efecto invernadero y que la eficacia no disminuye con el tiempo», explica Ermias Kebreab, director del estudio, profesor y presidente del departamento de Ciencia Animal de Sesnon Endowed, además de director del World Food Center.

El profesor Kebreab, director de estudio llevado a cabo de forma directa por la estudiante de postgrado Breanna Roque, recuerda que existen estudios anteriores que apuntan los beneficios de introducir suplementos de algas en la dieta del ganado pero que ahora se muestran casos concretos de la eficiencia de este proceso de forma sostenida en el tiempo.

Los autores llevaron a cabo el estudio en veintiún terneros de la raza Angus-Hereford. Una parte de estos animales recibió la alimentación habitual  a base de heno, cereales y maíz, mientras que la otra parte consumió además un suplemento -en varias proporciones- de algas rojas Asparagopsis taxiformis.

Los expertos midieron la cantidad de metano, hidrógeno y dióxido de carbono exhalado por el ganado durante 21 semanas y encontraron que los animales que habían recibido el suplemento de algas reducían las emisiones de metano entre un 45% y un 68% respecto a los animales con alimentación habitual.

Las mayores reducciones se encontraron con una dieta rica en algas marinas y baja en forrajes. En este subgrupo, que redujo la producción de metano hasta en un 82%.

El ganado que consumió dosis de aproximadamente 80 gramos de algas marinas ganó tanto peso como sus compañeros de manada. Además, la clasificación profesional y las pruebas de los consumidores no revelaron ningún efecto sobre la calidad o el sabor de la carne, indican los autores del estudio.

En un estudio anterior, cuyos resultados fueron publicados en 2018, el equipo liderado por Kebreab y Roque mostraron que es posible reducir las emisiones de metano de las vacas lecheras en más del 50% al complementar su dieta con algas marinas durante dos semanas. Como se ha mostrado también en el nuevo estudio, las algas inhiben una enzima del sistema digestivo de la vaca que contribuye a la producción de metano.

En el nuevo estudio, Kebreab y Roque probaron si esas reducciones eran sostenibles en el tiempo alimentando a las vacas con un suplemento de algas todos los días durante cinco meses, desde el momento en que los terneros empiezan a alimentarse de forma autónoma hasta la fecha normal para su sacrificio para la producción de carne.

Además, los científicos están estudiando formas de cultivar el tipo de algas, Asparagopsis taxiformis, que el equipo de Kebreab utilizó en las pruebas. No hay suficiente en la naturaleza para una amplia aplicación.

Otro desafío: ¿Cómo proporcionan los ganaderos suplementos de algas marinas al ganado que pasta al aire libre? Ese es el tema del próximo estudio de Kebreab.

Estudio colaborativo

Kebreab y Roque colaboraron con una agencia científica federal en Australia llamada Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation, James Cook University en Australia, Meat and Livestock Australia y Blue Ocean Barns, una empresa emergente que abastece, procesa, comercializa y certifica a base de algas marinas. aditivos para la alimentación del ganado. Kebreab es asesor científico de Blue Ocean Barns.

«Hay más trabajo por hacer, pero estos resultados nos alientan mucho», explica la profesora Roque. «Ahora tenemos una respuesta clara a la pregunta de si los suplementos de algas marinas pueden reducir de manera sostenible las emisiones de metano del ganado y su efectividad a largo plazo», indica la autora principal del estudio.

 

Fuente: La Vanguardia

https://www.lavanguardia.com/natural/20210318/6601670/alimentar-vacas-algas-marinas-solucion-cambio-climatico.html