Tomar sopas, caldos, cremas y purés con abundante cantidad de vegetales y hortalizas; ingerir a diario cebolla, ajo y jengibre; aumentar las raciones de fruta; y priorizar en las comidas y cenas las grasas saturadas y omega-3, son algunas de las principales claves aportadas por el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) para entrar en calor.
«El frío exige a nuestro cuerpo un esfuerzo extra para mantener una temperatura constante alrededor de los 37 grados centígrados, teniendo que activar los mecanismos de la termogénesis para generar calor interno y contrarrestar el descenso de la temperatura que marca el exterior», ha explicado el portavoz de IMEO y experto en Nutrición, Rubén Bravo.
Por ello, y dado que los alimentos que se ingieren suelen consumir, en diferentes procesos digestivos, casi el 15 por ciento de la energía consumida, en época de frío el cuerpo pide «más alimentos calientes y energéticos» que ayudan a mantener la temperatura corporal constante, aumentar las defensas y combatir los resfriados.
En este sentido, el experto ha avisado de que los platos de puchero y potajes hipercalóricos «esconden» un cierto riesgo de engordar y «no siempre son la mejor opción», por lo que recomendado basar el menú de cada día en un 50 por ciento de hidratos de carbono, un 30 por ciento de grasas saludables y un 20 por ciento de proteínas sobre las calorías totales diarias.
Concretamente, desde el IMEO aconsejan tomar caldos elaborados con cebolla, ajo, jengibre, alcachofas, acelgas, espárragos, espinacas, zanahoria, lentejas, arroz, puerro, apio, calabacín, calabaza o berenjena. No obstante, rechazan potenciar el sabor del plato con patatas, pastillas colorantes, quesos o nata.

EL COMINO, TOMILLO Y PIMIENTO AYUDAN A COMBATIR LA GRIPE

Asimismo, tomar a diario cebolla, ajo y jengibre ayuda a reforzar las defensas gracias a sus efectos antibióticos, antioxidantes y antiinflamatorios; mientras que las especias como el comino, tomillo y pimienta pueden ayudan a combatir la gripe por sus propiedades antigripales.
El pescado azul, carne, huevos, lácteos, frutas, chocolate negro o semillas de griffonia son otras de las opciones que favorecen la salud durante el invierno. Además, es importante comenzar el día con un café o té y tomar por la tarde-noche infusiones porque, tal y como explica IMEO, además de hidratar tienen efectos terapéuticos sobre el organismo y el estado de ánimo.
«Las infusiones pueden relajarnos, activar el metabolismo y construir a la pérdida de peso o mejorar la digestión. También, ayudan a combatir los resfriados, alivian el dolor de garganta y la congestión nasal», señalan expertos del IMEO para avisar de que las bebidas como el café o el té pueden provocar nerviosismo, insomnio o estados de ansiedad.
Finalmente, recomiendan tomar legumbres e hidratos de carbono en su «justa medida» y realizar hacer deporte en el exterior, equipándose con ropa para absorber la humedad, proteger debidamente las vías respiratorias y no dejar que el sudor se enfríe.
«Estudios realizados con habitantes de países con climas más fríos han demostrado que correr al aire libre en el invierno resulta saludable ya que mejora el estado de ánimo de quienes lo practican y disminuye el riesgo de desarrollar el denominado ‘trastorno afectivo estacional'», zanjan.
 
Fuente: Europa Press (Infosalus)
Foto: IMEO
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