Comer bien para pensar mejor
La leche materna es el primer alimento que marca la salud futura de un bebé, relacionándose directamente con un mayor desarrollo intelectual y psicomotor. Luego, en niños en edad preescolar y escolar, la necesidad de llevar una correcta alimentación es clave para que crezcan sanos y fuertes.
«Una comida al día debe ser a base de verduras, que aportan vitaminas, minerales y fibras que el cerebro necesita.»
El concepto podría resumirse en «comer bien para pensar mejor» y hace hincapié en la importancia de darles a los chicos un desayuno rico en cereales, frutas y lácteos, y concentrarse en ofrecerles una vianda diaria saludable para llevar al colegio y lograr un buen rendimiento escolar.
- Frutas: 2 a 3 al día. Aportan vitaminas y minerales. La vitamina C que contienen las naranjas y otros cítricos, por ejemplo, es ideal para estimular la agilidad mental, mientras que los arándanos son grandes aliados para combatir la falta de memoria a corto plazo.
- Verduras: una comida al día debe ser a base de verduras, ya que aportan vitaminas, minerales y fibras que el cerebro necesita. En este grupo están la palta y las espinacas. El brócoli, por su parte, ayuda a potenciar la función cognitiva, en tanto que la remolacha contiene un componente que favorece la conexión entre las neuronas y el desarrollo de la memoria a largo plazo.
- Carnes: en especial, el pollo, que es fuente de proteínas y hierro y ayuda a la concentración y el ordenamiento de ideas.
- Pescado: 2 a 3 veces por semana. Aporta fósforo, proteínas, vitaminas, ácidos grasos esenciales y Omega 3.
- Huevos: contribuye con vitaminas y proteínas.
- Lácteos: su aporte de calcio es central para el crecimiento.
- Frutos secos: la nuez, por ejemplo, es rica en vitamina E, una gran aliada para combatir la pérdida de memoria.
Finalmente, junto a la nutrición, también es importante controlar la hidratación de los niños desde el nacimiento dado que, como primer alimento indispensable, el agua, además de refrescar, favorece al adecuado desempeño del organismo, permitiendo una mejor digestión y absorción de los nutrientes.