Ahora que nos preocupamos cada vez más por la nutrición, la dietista-nutricionista Melisa Gómez junto con el apasionado chef Juan Llorca han tratado en su nuevo libro Leche con Galletas la importancia que tienen los abuelos en la alimentación de los hijos. Eso sí, con un nuevo enfoque con el que se fomenta la comunicación y el aprendizaje entre todos los miembros de la familia. 

Melisa Gómez, madre y dietista-nutricionista

El libro lo habéis titulado ‘Leche con galletas’ algo que forma parte del desayuno tradicional de los niños, pero ¿es lo más adecuado para ellos? 

Digamos que dentro de las opciones que hay no sería la mejor, aunque sí podría ser complementaria a otra opción. Nosotros vamos a partir de la premisa de que sería ideal comenzar el día ofreciendo al menos una pieza de fruta, entonces si empezamos dando fruta esta se podría acompañar con un vaso de leche y con galletas. Pero unas galletas hechas con plátano y copos de avena en lugar de las típicas galletas industrializadas que aportan mucho azúcar.

¿Qué no se debería consentir en la alimentación de los niños? 

Yo diría que más que consentir o no consentir, no debemos negar, pues esto puede incrementar el deseo de consumir un dulce. Lo importante es que los adultos cuiden más su alimentación para que sean un mejor ejemplo. No pasa nada porque los niños coman un día una galleta si comen fruta y verduras, pero su alimentación no debe basarse en los procesados que es el problema que tenemos ahora.

No pasa nada porque los niños coman un día una galleta si comen fruta y verduras, pero su alimentación no debe basarse en los procesados

¿Cree que la cocina de nuestros abuelos era más sana que la de ahora? 

En muchos aspectos, sí. Los abuelos dedicaban más tiempo a cocinar porque aprovechaban las sobras para elaborar nuevos platos y no desperdiciar nada. En nuestra generación entre que no hay tiempo o hay miles de cosas que hacer se buscan son pizzas congeladas, por ejemplo, para no pensar en qué cocinar.

Con una buena base desde la infancia, ¿cree que se pueden prevenir problemas de obesidad en los niños? 

Sin duda, eso está comprobado, no solo en la prevención de enfermedades, sino de los trastornos de la conducta alimentaria. Por eso, desde que los niños son pequeños podemos sentar las bases de una alimentación mucho más saludable para que creen una relación con la comida que también sea mejor.

¿Considera que los niños comen ahora más por aburrimiento? 

No lo sé. Obviamente el sedentarismo va a jugar un factor importante, sin embargo, algo distinto a lo que vivieron nuestros abuelos es que ahora tenemos acceso a una mayor cantidad de alimentos que ellos. Tal vez esto favorezca que coman más.

¿Qué consejos le daría a aquellos padres que lo han hecho mal hasta ahora? 

Primero les diría que no se sientan mal, que todos los días vamos aprendiendo cosas, incluso nosotros mismos, los nutricionistas. También les diría que más que enfocarse en negar alimentos, hagan pequeños cambios. Cambiar alguna merienda por fruta, en lugar de comer un bocadillo que coman medio más una fruta… En el caso de que tengan algún antojo de comer una galleta, pues decirles que esperen o que se la tomarán el fin de semana.

Juan Llorca, chef apasionado de la nutrición infantil

En el libro mencionan la influencia tan grande que tienen los abuelos, ¿cree que ahora hay más abuelos modernos o todavía abundan los de la vieja escuela?

 La educación, en cualquier ámbito de lo que tiene que ver la vida de un niño o niña, se forja en casa, que es donde se sientan las bases de todo, por eso los abuelos tienen una gran influencia. Con respecto a lo de los abuelos modernos o de la vieja escuela creo que sigue habiendo abuelos de la vieja escuela muy reticentes a los cambios, pero hay otra generación que quiere lo mejor para sus nietos y hacen un esfuerzo por amoldarse.

La falta de tiempo y los reclamos publicitarios hacen que los batidos de chocolate resulten más atractivos que la mezcla de cacao 100% con leche, ¿cree que esto son excusas y de qué manera se puede evitar seguir cayendo en ellas? 

Creo que la falta de tiempo no es una excusa, la falta de tiempo existe, pero depende del momento del día. Elegir darle a los niños un batido en lugar de una pieza de fruta de merienda eso no es falta de tiempo, tal vez sea desconocimiento o no contemplar que hay otras alternativas más sanas.

La educación, en cualquier ámbito, se forja en casa, por eso los abuelos tienen una gran influencia

Los niños acostumbrados a los dulces ¿lo tienen más difícil para empezar a comer más sano? ¿Cómo lo pueden resolver los padres? 

Los niños que están acostumbrados a que les den chuches o chocolates en el momento en el que los padres les ofrezcan fruta, pues demandarán esos dulces repletos de azúcar. Así que lo primero es que se armen de paciencia y que tengan claro el objetivo. Está claro que no se puede cambiar una costumbre de la noche a la mañana, por eso no tener esos dulces en casa es un paso importante. Si no hay dulces no se pueden negar. El adulto es aquí el responsable.

En el libro se menciona la posibilidad de que la familia empiece a sacar tiempo para cocinar juntos. ¿Esto puede ser un aliciente para que los niños se interesen más por la comida saludable? 

Por supuesto, pero no solo hacerlos partícipes en la cocina, sino en la compra, en las decisiones del menú… Esto ayudará una barbaridad a mejorar los hábitos de los niños.

¿Con qué objetivo han creado las recetas que los lectores pueden encontrar en su libro? 

De los tres libros que hemos escrito es el que más recetas tiene, sobre todo recetas dulces. El objetivo fue buscar platos de toda la vida lo más sencillos posibles, pero dándoles una vuelta a algunos de ellos para conseguir que sea lo más saludables posibles. Así son fáciles de distinguir y recordar para las personas de cualquier generación.

¿Cree que cada vez hay más conciencia de alimentar mejor a los niños? 

Yo creo que sí, quizás soy un iluso, pero creo que hay una tendencia a la mejora. La población está más concienciada y hay fundaciones que está haciendo muchas cosas sobre alimentación a día de hoy. Entonces creo que todo está haciendo el ruido, aunque tendrán que pasar años para instaurar el «vamos a desayunar otras cosas que no sea leche con galletas». Somos un país de costumbres y nos cuesta mucho cambiarlas, pero seguro que va a venir un cambio importante aunque no sé si yo llegaré a verlo.

¿Cómo le gustaría que los padres se enfrentasen a ‘Leche con Galletas’? ¿Con qué mensaje clave le gustaría que se quedasen? 

Con una promesa de sentarse a la mesa tres generaciones para hablar y darse cuenta de que van en una misma dirección. En lugar de enfadarse, criticar o recriminar, deberían pensar en  dialogar. Porque no se trata de tirarles de las orejas a los abuelos, se trata de decirles «sois una parte importante y os lo agradecemos un montón pero vamos a ayudarnos para darle a los niños la mejor alimentación». 

Una última pregunta, ¿por qué le apasiona la alimentación infantil? Porque yo le intento dar a los niños y niñas lo que yo no tuve, que no pasen por lo que yo tuve que pasar. Por eso dejé de lado mi negocio, mi restaurante que era mi sueño, para ir a un colegio y hacer algo por los niños, intentar cambiar las cosas.

 

Fuente: 20minutos

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