Uno de los quesos emblemáticos de Asturias es el de Cabrales, elaborado en la zona de los Picos de Europa. Su zona de producción se limita al concejo de Cabrales y los pueblos de Cáraves, Oceño y Rozagás, en el concejo de Peñamellera Alta.

Este delicioso queso de pasta blanda, se elabora con la leche de vaca procedente de dos ordeños, el de la mañana y el de la noche. También se puede mezclar con otros tipos de leche, como el de oveja o cabra. Apenas presenta corteza, por lo que a veces no se distingue la pasta de su interior.

Tras su elaboración, se procede a su secado, durante unos días y, posteriormente, se sala. En su proceso de maduración, desarrolla hongos tipo penicillium, que le dan su característico sabor y su color veteado, verde o azul. A diferencia de otros quesos, la maduración hace que el queso esté cada vez más blando. Este periodo va de los 2-3 meses a 6, en el que ya está demasiado fuerte. Se madura en cuevas, en condiciones de alta humedad y baja temperatura, donde alcanza su óptimo punto de consumo.

Este queso cuenta con Denominación de Origen Protegida desde el año 1981, por lo que es necesario que su elaboración se ajuste a la los procedimientos, como, por ejemplo, emplear leche autóctona y utilizar técnicas artesanales en su producción.

Cada año, el último domingo de agosto, se celebra en la localidad Arenas de Cabrales el “Certamen del queso Cabrales”, en el que se presentan los quesos y se celebran concursos para elegir al mejor.

 

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