José Miguel Mulet (Denia, 1973), que dirige una línea de investigación en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, en Valencia, desarrolla su faceta de divulgador científico colaborando con varios medios de comunicación y es autor del blog “Tomates con genes”, además de ser autor de otros libros como “Medicina sin engaños” o “Transgénicos sin miedo”.
Doctor en bioquímica y biología molecular, José Miguel Mulet se dedica a combatir desde su atalaya científica las dudas y engaños relacionados con la alimentación. “Hay que vaciar la nevera de mitos y comer productos naturales, sin apellidos” comenta respecto al aluvión de productos etiquetados como “ecológicos”, “enriquecidos con…”, “alcalinos”… que no siempre aportan lo que prometen

Por eso Mulet acaba de publicar el libro “¿Qué es comer sano?” (Ed.Destino) que pretende ser una guía de consulta rápida para un consumidor bombardeado por información “que no sabe filtrar”, una situación que provoca que nazcan mitos, que otros mueran y otros reaparezcan.

Investigador y profesor de biotecnología en la Universidad de Valencia, responde en esta obra a las 101 cuestiones que más dudas suscitan en los consumidores como beber agua de mar, los edulcorantes artificiales, margarina o mantequilla o si tomar una copa de vino al día es sano, entre otros muchos.

  • Usted dice que hay etiquetas que sirven para tranquilizar conciencias y llenar bolsillos pero son que poco efectivas en la práctica.

Las etiquetas están puestas para generar confianza, para hacer el producto más atractivo pero no se entienden. Los que compran productos ecológicos, por ejemplo, lo hacen porque piensan que son buenos para la salud o porque en ellos no se han utilizado pesticidas, pero en realidad solo es un producto que se ha hecho de acuerdo a un reglamento de producción ecológica.

  • ¿Entonces…es responsabilidad de la industria alimentaria?

No pondría todo el peso en la industria alimentaria, que es un sector importante en España, aunque es verdad que hacen una publicidad bastante agresiva porque a pesar de que hay una ley muy restrictiva siempre encuentran resquicios. Y tampoco pondría toda la responsabilidad en la administración que creo que regula, en general, esa publicidad engañosa. Apelaría al individuo, que es quien llena el carrito en el supermercado, para que se informe y por eso mi modesta aportación es escribir este libro.

  • Pero el consumidor recibe sobreabundancia de información que, según usted, es la que genera mitos y falsedades.

Es muy fácil acceder a la información, pero tenemos pocos filtros. Las noticias que más circulan son las menos fiables pero las que más impactan, y más en un tema como la alimentación que nos interesa a todos. La gente se preocupa de lo que no debe y no tanto de lo que debería preocuparse. Por ejemplo, se preocupa de si beber agua del grifo es sano, que es más que segura, pero no abandona el tabaco o no deja de beber un gin-tonic diario.

  • Porque un consumidor informado es difícil de engañar…

Un consumidor que sabe que los ácidos omega 3 que hay en la leche es una cantidad ridícula y muy cara, optará mejor por hacerse unas sardinas a la plancha para obtener ese omega 3. Al supermercado, que representa un avance social el tener la comida en la puerta de casa, hay que ir informado y, sobre todo, comido para no comprar productos más caros, peores y más calóricos.

  • ¿Y cómo debemos proceder para tener una alimentación adecuada?

Hay que simplificar, cuando vayamos al supermercado debemos fijarnos en cuánta fruta, verdura o pescado fresco escogemos y cuántos productos ultraprocesados, que tienen su papel pero éste no debe ser preponderante. Y no hay que pensar en las etiquetas, en los apellidos de los alimentos, sino pensar en la comida.

  • También esa información/desinformación es aprovechada por las pseudociencias que juegan con la salud.

Pertenezco a Alternativa Racional a las Pseudociencias y la mayoría de mis libros son de denuncia contra ellas. Aquí el marco legal para luchar contra las pseudociencias es inexistente. Las autoridades no están haciendo nada contra una estafa que no tiene que ver con la libertad individual de decidir. No se está protegiendo a la víctima del engaño, sino al engañador.

Mulet y las 101 respuestas

  • En su libro da respuesta a 101 preguntas relativas a dudas, mitos y engaños. ¿Qué tres selecciona?

Primera: Desmitificar que la comida de antes era mejor. En la época de nuestras abuelas, en la postguerra, había hambre, carencias nutricionales, enfermedades relacionadas con la seguridad alimentaria. Hoy comemos con más seguridad.

Segunda: La tecnofobia respecto a la seguridad de los envases. A veces es peor el remedio que la enfermedad ya que por campañas alarmistas se prohíben envases seguros y nadie se preocupa de si el sustituto es más o menos seguro.

Tercero: Que figuren los sellos de algunas organizaciones o sociedades médicas en los envases de los productos de alimentación. Los médicos en el hospital, no en el supermercado.

  • En resumen: Llenamos la nevera de mitos y la vaciamos de pensamiento crítico”, esa es la idea central de su libro.

Hay que vaciar la nevera de mitos y llenarla de alimentos sensatos. El problema, insisto, es el exceso de información y la información alarmista, como la que se refiere a alimentos tóxicos, que en el 95% va a ser falsa o exagerada. Para que esas cantidades sean peligrosas habría que comer varios kilos al día. Hay que comer fruta, verdura, pescado fresco…Comer bien no es caro y tenemos que comer “sin apellidos” y sin mitos.

Ana Soteras
Fuente: EFE Salud
Fotografía: EFE Salud
https://www.efesalud.com/mulet-que-es-comer-sano