Expertos aseguran que el azúcar, por sí solo, no engorda, no produce caries y no favorece la aparición de diabetes
Los especialistas se han pronunciado en el marco de la jornada ‘El azúcar a debate’, organizado por la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) con la colaboración de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS).
«El azúcar aporta energía y sabor. No se ha demostrado que en una dieta equilibrada de una peor calidad a la misma. De hecho, las personas que toman más azúcar suelen ser las más activas, las que hacen más ejercicio y las que tienen una dieta más sana», ha apostillado la jefa del servicio de Nutrición del Hospital La Paz de Madrid, Carmen Gómez Candela.
Además, la doctora ha avisado de que quitar «todos» los azúcares en una dieta sólo repercute en la disminución de un kilo, por tanto ha aseverado que son las calorías lo que engordan, y no este producto. En este sentido, ha insistido en que su ingesta no favorece la obesidad o el sobrepeso si no que, por el contrario, lo que propicia el aumento de peso es el sedentarismo.
Lo mismo ocurre con la diabetes en adultos, la cual, según ha comentado, está influenciada por la predisposición genética de la persona y por su estilo de vida. «Las actuales recomendaciones de consumo de azúcar para los diabéticos consideran que es más importante la cantidad total de carbohidratos consumidos que el tipo de éstos», ha argumentado Gómez Candela.
Asimismo, la experta ha recordado que el informe ‘Global Oral Health’, realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OCDE, indica que en los países occidentales la prevalencia de caries ha disminuido en niños y adolescentes, mientras que el consumo medio de azúcar ha permanecido constante en el mismo periodo. Tal disminución, prosigue, se debe a una correcta higiene oral basada en el uso de pastas dentífricas y la fluoración de las aguas.
«Han habido estudios que demuestran que los ciudadanos de determinados países de África, donde no hay azúcar, tienen caries, mientras que en las regiones desarrolladas está disminuyendo. Por tanto, su aparición está más relacionada con la higiene bucal que con el consumo de azúcar», ha recalcado la directora del Instituto de Estudios Documentales del Azúcar y la Remolacha (IEDAR), Isabel Vesserot, quien ha advertido de que «ni el cuerpo humano, ni ningún método analítico, pueden diferenciar a los azúcares naturalmente presentes de los añadidos en los alimentos».
LA IMPORTANCIA DEL BALANCE ENERGÉTICO
Estas declaraciones han sido corroboradas por el presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), Ángel Gil, quien, además, ha abundado en la importancia del balance energético a la hora de controlar el peso. Así, ha explicado que el peso corporal sólo cambia cuando el gasto es desigual a la ingesta en periodos de tiempo relativamente largos.
«El azúcar es un elemento común en la dieta y, si se toma en cantidades adecuadas, no tiene porqué engordar o adelgazar. En este punto, es importante recordar que la glucosa es metabólicamente fundamental para las personas y es el elemento principal que usan las personas como moneda de energía», ha matizado Gil.
Finalmente, la directora del IEDAR ha informado de que el papel del azúcar en la alimentación va «mucho más allá» de sus funciones de aporte de dulzor y energía, si no que, también, es un «excelente» conservante natural, aporta cuerpo y textura al alimento, permite la interactuación con otros ingredientes o equilibra la acidez.