La rúcula es una planta que se emplea frecuentemente como ingrediente en las ensaladas y guarniciones. Se suele acompañar por otras lechugas o hierbas.

De origen silvestre, ya se utilizaba en la época romana. Sin embargo, hasta hace poco no se consideraba. Fue en los años 90 cuando los restaurantes de élite lo pusieron de moda, comenzando su cultivo.

Hoja fresca y crujiente, tiene un sabor potente y regusto amargo. Es muy fácil de combinar con otros ingredientes porque complementa perfectamente. Es muy utilizada, además de en las ensaladas, como acompañamiento en los pescados ahumados o en salazón. Sus hojas se pueden consumir crudas o cocinadas. También en sándwiches, arroz, pizzas…Es popular en la gastronomía italiana (se añade en platos de pasta y en algunas pizzas), francesa y griega.

Hay que lavarla exhaustivamente y se puede conservar en el frigorífico, en bolsas de plástico, durante dos o tres días.

Nutricionalmente aporta vitamina C, fibra y minerales, tales como el potasio, hierro o magnesio.

 

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