Las lentejas de la Armuña son una legumbre de gran sabor que contiene múltiples propiedades nutricionales. Son idóneas en invierno por su alto contenido proteico. Cultivo de secano, se siembra en octubre y se recolecta en los meses de junio y julio. Con un color verde claro, a veces jaspeado, que las distingue del resto de lentejas castellanas, estas lentejas alcanzan un tamaño entre 5 a 7 mm de diámetro.
Con una finísima piel u hollejo, imperceptible al paladar, tienen una textura fina, uniforme, suave y son de fácil digestión. Muy sabrosas, proporcionan un caldo claro en los cocidos. No necesitan remojo ya que gozan de una gran capacidad de hidratación. Además, una vez cocidas, las semillas permanecen intactas, sin separarse de la piel.

«La riqueza en proteínas, fibra, hierro y calcio hace de la lenteja de La Armuña una legumbre de gran calidad alimentaria.»

La zona de producción de estas lentejas, amparadas por la Indicación Geográfica Protegida «Lenteja de La Armuña», se localiza en la comarca del mismo nombre, en la cuenca del río Duero, a una altitud entre los 800 y 900 m. Se producen en 38 municipios, la mayor parte pertenecientes a esta comarca, situados al norte de la provincia de Salamanca. Esta zona, idónea para esta legumbre, se caracteriza por un clima continental, de invierno largos y fríos y veranos cortos, calurosos y secos con precipitaciones escasas.
Gastronómicamente son muy valoradas, estofadas, guisadas, en crema o en puré. En la moderna cocina también se emplean en ensaladas, suflés, como guarnición, etc.
Beneficios nutricionales
Este alimento, uno de los más saludables de la dieta mediterránea, destaca por su riqueza en proteínas, fibra, magnesio, hierro, magnesio y calcio. La lenteja de La Armuña contiene un porcentaje de este último mineral muy superior al resto de lentejas.
 
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