A medida que las tasas de obesidad infantil siguen aumentando, los padres deberían servir de modelos con respecto a los hábitos y las conductas de alimentación saludables para ayudar a sus hijos a mantener un peso normal, según un nuevo informe.
En las recomendaciones actualizadas que se publicaron el lunes, la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) describió cómo pueden contribuir las familias a luchar contra la obesidad infantil al seguir una dieta bien equilibrada, haciendo ejercicio de manera regular y limitando las actividades sedentarias.
«Nunca es demasiado pronto para que una familia haga cambios que contribuyan a que un niño mantenga o consiga un peso saludable», afirmó en un comunicado de prensa de la AAP la coautora del informe, la Dra. Sandra Hassink, presidenta de la asociación. «Las familias pueden mejorar sus hábitos de alimentación de varias formas, pero es importante que la alimentación saludable y la actividad física se adecúen a la etapa del desarrollo del niño y a las características de la familia».
Los padres no tienen por qué tener esta responsabilidad solos. La AAP indicó que los pediatras pueden ayudar a las familias a encontrar modos de adoptar un estilo de vida más saludable.

«Las familias pueden mejorar sus hábitos de alimentación de varias formas, pero es importante que la alimentación saludable y la actividad física se adecúen a la etapa del desarrollo del niño y a las características de la familia»

«Incluso en el caso de que las familias conozcan conductas saludables, podrían necesitar a los pediatras para que las motiven a implementar los cambios en la conducta», dijo en el comunicado de prensa el Dr. Stephen Daniels, presidente del comité de nutrición de la AAP. «Se insta encarecidamente a los padres a que adopten los mismos cambios en la condición física y en el estilo de vida que el niño. Los pediatras pueden educar a las familias, darles respaldo y ayudarles a sigan por el buen camino».
Estos son algunos pasos positivos que pueden dar las familias:

  • Reducir la cantidad de azúcar y calorías que haya en casa. Los niños no tendrán la tentación de comer demasiado si no hay alimentos azucarados y ricos en calorías en la cocina. Si compra pasteles u otros dulces para un cumpleaños o una ocasión especial, cómprelos justo antes del evento, manténgalos fuera de la vista y deshágase de ellos luego. Los alimentos ricos en calorías también pueden guardarse en papel de aluminio o esconderse en la parte trasera de la despensa para que sean menos visibles y sea menos probable que se los coman.
  • Haga que los alimentos saludables estén disponibles. Mantener el agua, la fruta, la verdura y otros refrigerios bajos en calorías en la mesa de la cocina o en la parte central delantera de la nevera aumentará las probabilidades de que los niños opten por estos alimentos saludables. Se debería animar a los niños a comer cinco o más raciones de fruta y verdura al día.
  • Muévase. Reduzca el tiempo que pasan delante de la televisión. Los padres quizá puedan pensar en tener menos televisiones en casa. También es una buena idea mantener todos los dispositivos electrónicos fuera de la cocina y de todos los dormitorios.
  • Fomente el sueño. Los niños deberían dormir al menos nueve horas al día. Los que duermen menos son más propensos a tener sobrepeso o a ser obesos, indicó la AAP. Establezca una buena rutina para acostarse a fin de asegurarse de que los niños duermen lo que necesitan para su salud y bienestar globales.
  • Encuentre actividades grupales. Las familias pueden pasarlo bien mientras realizan los 60 minutos de actividad recomendados al día. Jugar a deportes de equipo, ir al parque o a un lugar de juegos, dar un paseo o ir en bicicleta, y jugar a los bolos son modos en que las familias pueden crear hábitos saludables juntos.

Fuente: American Academy of Pediatrics
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_153333.html