A ver ¿para qué cocinamos los alimentos? Pues, de entrada, para que nos alimenten. Es decir, para que podamos asimilarlos. Desde el corte que nos permite masticar y deglutir con más facilidad un bistec que una vaca entera, hasta la cocción que nos ayuda a metabolizar las proteínas del fricandó y los hidratos de carbono del pan que mojamos en su salsa.
La cocción también nos ayuda a evitar que los alimentos, en lugar de alimentarnos, nos envenenen. Quiero decir que, como nos enseñó Pasteur, el calor extremo mata muchos gérmenes que contaminan el alimento y pueden provocarnos un daño importante por ingerirlos.

«La cocina se inventó para que podamos asimilar los alimentos.”

La cosa es que, mucho calor los mata, pero un poco menos  y se dedican a proliferar, multiplicando su potencia tóxica. Y es por eso que, con la llegada del buen tiempo, aumenta el peligro de infecciones causadas por alimentos.
Sí, sí, en teoría lo sabemos todos, pero ¿lo recordamos cada vez que dejamos jugosa esa tortilla que nos llevaremos luego en la fiambrera? Para evitar posibles salmonelosis es necesario cocer bien el huevo, pero en la mayonesa casera el huevo va crudo. Quien aún prepara la mayonesa casera sabe de su inmediata perecibilidad.

«Con la llegada del buen tiempo aumenta el peligro de infecciones causadas por alimentos.»

También saben quiénes gustan de cocinar –sois la esperanza de la humanidad– que aumentar la acidez ayuda a conservar, de ahí los escabeches, pero ojo, que ni el limón ni el vinagre matan el anisakis de los boquerones, por ejemplo. Y es que cociendo no solo matamos microorganismos, también bichos más grandes como estos gusanos últimamente tan famosos o la temible triquina.

Que nos guste comer caliente en verano tiene que ver con una tradición cultural”

Y es que cociendo no solo matamos microorganismos, también bichos más grandes como estos gusanos últimamente tan famosos o la temible triquina. En fin, que si muchas cosas nos gustan calientes incluso en verano también será, seguramente, por una tradición cultural que, quizás inconscientemente, asocia la cocción con la seguridad alimentaria.
Recordad que no solo se trata de calentar, sino de pasteurizar las cosas, aunque sea para recalentar unas sobras de la nevera, de días atrás, en el microondas.

Toni Massanés
Fuente: diario «La Vanguardia»
Fotografía: diario «La Vanguardia»
http://www.lavanguardia.com/comer/opinion/20170611/423287523474/calor-aumenta-intoxicaciones-alimentarias.html