La globalización y la distribución masiva de frutas y verduras en todo el mundo nos permite disfrutar de una gran variedad de productos en cualquier época del año. Comer más frutas y verduras de temporada se ha convertido en un mensaje cada vez más popular para mejorar la sostenibilidad de nuestras dietas. Sin embargo, “estacional”, o “de temporada”, es difícil de definir y tenemos que explorar más ese término, así como el impacto ambiental de nuestras frutas y verduras.

Las frutas y verduras son partes importantes de una dieta saludable y sostenible. Proporcionan vitaminas, minerales y fibra dietética esenciales y tienden a tener un impacto ambiental menor que los alimentos de origen animal. Cada vez más, escuchamos el consejo de «comer estacional» para ayudar a reducir nuestra huella ambiental, pero ¿cuánto afecta la estacionalidad a la huella ambiental de las frutas y verduras que comemos?

¿Qué significa estacional?

Cada tipo de fruta y verdura tiene su propio conjunto de condiciones específicas para un crecimiento y una calidad ideales. Por esta razón, las frutas y verduras se cultivan y cosechan en diferentes lugares y en diferentes estaciones a lo largo del año. Por ejemplo, las naranjas son plantas sensibles al clima y crecen mejor en lugares con veranos secos calientes como España, Italia y Grecia.

El término «estacional» no está bien definido y cambia según el contexto en el que se utiliza. Para algunos, «estacional» es sinónimo de alimentos cosechados «localmente», para otros está estrechamente relacionado con eventos culturales y para un tercer grupo implica reconectarse con los orígenes de los alimentos y aprender sobre las estaciones naturales de cultivo. Aunque estas son definiciones y razones dignas para comer más «estacional», las diferencias muestran la falta de claridad en torno al término y lo complicado que puede ser definir que son ‘frutas y verduras de temporada’.


«Cada tipo de fruta y verdura tiene su propio conjunto de condiciones específicas para un crecimiento y una calidad ideales.»


En este artículo, utilizaremos las definiciones de alimentos de temporada del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) del Reino Unido, en las que los principales aspectos dependen de cuándo se produjeron los alimentos y dónde se consumieron.

  1. Estacionalidad global: está basado en lugar de producción del alimento. Esto se refiere a los alimentos que se producen en temporada pero que no se consumen necesariamente cuando se cosechan localmente. Por ejemplo, las manzanas cultivadas y cosechadas durante la temporada de cultivo en Nueva Zelandia, pero comidas en Europa durante la primavera y el verano.
  2. Estacionalidad local: en función de dónde se produce y se consume el alimento. Esto se refiere a los alimentos que se cosechan y comen localmente durante la temporada natural de cultivo. Por ejemplo, manzanas cultivadas y cosechadas durante el verano y el otoño y comidas en octubre en Europa.

¿Cuál es el impacto ambiental de las frutas y verduras estacionales?

Los alimentos que comemos no sólo afectan nuestra salud, sino también la salud del medioambiente. Estos impactos ambientales se miden utilizando un método conocido como evaluación de ciclo de vida (ECL). Esta técnica nos ayuda a medir y entender el impacto de los alimentos en el medioambiente a lo largo de las etapas de la cadena de suministro; desde el cultivo, cosecha, almacenamiento, transporte, hasta el consumo. Muchos estudios se concentran en estimar la huella de carbono a través de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, es importante recordar que las emisiones de GEI son solo un aspecto de una historia complicada sobre el impacto ambiental y la sostenibilidad de la producción de alimentos. Otras mediciones incluyen la huella hídrica y la contaminación, la contaminación por fertilizantes y la tierra utilizada: la totalidad de estos impactos es complicada de incluir en todos los estudios. En este artículo sólo nos centraremos en las emisiones de GEI.


«En general, las frutas y verduras tienen menos emisiones de GEI que los productos animales, como la carne de vacuno y los productos lácteos, de hecho hasta 10 a 50 veces más bajas.»


Al utilizar las ECL, los investigadores han descubierto que el sistema alimentario mundial representa alrededor del 26% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, hay grandes diferencias en cuanto a la cantidad de GEI que emiten los diferentes tipos de alimentos. En general, las frutas y verduras tienen menos emisiones de GEI que los productos animales, como la carne de vacuno y los productos lácteos, de hecho hasta 10 a 50 veces más bajas.

¿Y las frutas y verduras de temporada? Los beneficios ambientales de las frutas y verduras de temporada se atribuyen a menudo a las distancias más cortas que recorren. Si bien el tipo de transporte puede ser importante para algunas frutas y verduras, como en el caso de los productos transportados por vía aérea (por ejemplo, bayas, frutas tropicales y judías verdes), la contribución del transporte a la huella de carbono suele ser inferior a las emisiones procedentes de los métodos de producción. Aunque los invernaderos con control climático pueden significar menos tierra usada, menos alimentos desperdiciados, menores pesticidas y altos rendimientos, la energía necesaria para calentar estos edificios es significativa. Tanto que la estacionalidad global también puede ser una opción amigable con el medio ambiente. Veamos algunos ejemplos:

-Cuando los tomates se cultivan localmente, pero fuera de su temporada, en invernaderos calefactados, tienen mayores huellas de carbono en comparación con las que se cultivan fuera de España y luego se transportan, por ejemplo, al Reino Unido. La huella de carbono de los tomates en la temporada en España es menor porque los invernaderos requieren mucha energía y al hacerlo emiten emisiones de GEI. Estas emisiones tienden a ser mayores que las emitidas por el transporte de España al Reino Unido.

-Las manzanas locales que se cosechan en octubre en Europa pero se almacenan hasta agosto del año siguiente y luego se consumen localmente tendrían una mayor huella de carbono que si las manzanas se cosecharan localmente y estacionalmente en Nueva Zelanda, se enviaran y comieran en Europa fuera de la temporada europea de manzanas. Esto se debe a que, a medida que aumenta el tiempo de almacenamiento en los frigoríficos, también aumenta la cantidad de energía necesaria, lo que emite más emisiones de GEI.


«La estacionalidad global también puede ser una opción amigable con el medio ambiente.»


El panorama general que se desprende de la investigación es que las frutas y verduras con las emisiones de GEI más bajas son las que se cultivan en exterior durante su temporada natural sin gran uso de energía adicional y se consumen en el mismo país o región. Estos representan beneficios para el medio ambiente, ya que utilizan menos energía para la calefacción o la iluminación artificiales, para la refrigeración y el almacenamiento y evitan las pérdidas durante el almacenamiento, lo que por lo general contribuye a producir menos emisiones de GEI, en comparación con las frutas y verduras que se cultivan bajo protección, se importan o almacenan.

¿Son las frutas y verduras de temporada más nutritivas?

Pues, la evidencia sugiere que el valor nutricional de las frutas y verduras es más alto inmediatamente después de la cosecha y disminuye con el tiempo. Una vez cosechadas, las frutas y verduras se transportan y almacenan para reducir el deterioro y mantener su calidad nutricional. Si bien el almacenamiento y el transporte se han relacionado con la disminución de algunos niveles de micronutrientes, las pérdidas siguen siendo mínimas en términos de los beneficios generales para la salud cuando se las compara con no comer frutas y verduras.

¿Deberíamos comer frutas y verduras de temporada?

En resumen, ¡sí!  Comprar frutas y verduras locales y estacionales puede significar que se obtiene una mayor variedad de productos para elegir y en algunas situaciones, los alimentos locales de temporada pueden ser la mejor opción ambiental. Sin embargo, elegir frutas y verduras de producción local y de temporada es sólo un aspecto de comer de manera más sostenible. El aumento de los alimentos a base de plantas como frutas y verduras en la dieta, la reducción de los alimentos a base de animales, como la carne de vacuno y los productos lácteos, y la reducción al mínimo de los desechos alimenticios son igualmente importantes.


“Cuando se trata de una dieta sostenible, se trata más de lo que comes, que de donde provienen tus alimentos.”


Aunque los productos locales y estacionales pueden tener menores impactos ambientales, la estacionalidad global no sólo ha ayudado a expandir los mercados globales de alimentos, sino que tal vez más importante ha ayudado a ofrecer un suministro más variado y consistente de frutas y verduras todo el año, ayudando a aumentar la diversidad de tu dieta y asegurando que obtengas un buen equilibrio de micronutrientes a lo largo del año, especialmente si vives en un país que tiene temporadas de producción limitadas.

Consejos para elegir frutas y verduras menos intensivas en gases de efecto invernadero (GEI)

No siempre está claro de dónde vienen las frutas o verduras que recoges en el mercado. Se puede ver un cartel con el país donde se cultivó, pero es casi imposible saber si se cultivó en un invernadero o se transportó en un camión o tren. A continuación se ofrecen algunos consejos útiles sobre cómo elegir frutas y verduras menos intensivas en GEI :

  • Reducir productos altamente perecederos, transportados por vía aérea, fuera de temporada: las frutas frágiles, altamente perecederas y fuera de temporada (bayas, cerezas) o exóticas (lichis, papayas, maracuyás) y las verduras fuera de temporada (espárragos, judías verdes, guisantes) suelen transportarse en avión porque se echan a perder más rápidamente. Esto aumenta considerablemente sus emisiones de GEI.
  • Reducir los productos de estilo mediterráneo fuera de temporada: a menudo se cultivan en invernaderos calefactados de toda Europa o bajo protección (a veces calefactados) en el extranjero, todo lo cual requiere aportes de energía adicionales. Algunos ejemplos son los tomates, calabacines, berenjenas, pimientos, ensaladas y pepinos.
  • Productos previamente preparados: esto incluye productos cortados o picados, como bolsas de ensalada, ensaladeras, ensaladas de fruta y frutas y verduras precortadas, como piña cortada. Por lo general, se trata de aportes energéticos adicionales del lavado, la refrigeración y el envase de plástico en comparación con frutas y verduras enteras.
  • Familiarízate con las frutas y verduras de temporada en tu país

Las frutas y verduras que se cultivan en el exterior durante su temporada natural y se consumen en el mismo país suelen tener los GEI más bajos y se consideran más amigables con el medio ambiente.

 

Fuente: EUFIC (Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación)

https://www.eufic.org/es