Un clima más benigno, salvo que el calor imponga, y más luz y tiempo libre hacen que la bicicleta resulte muy atractiva para la práctica de deporte durante la primavera y el verano.

Una nutrición bien planificada y adecuada, junto a un buen tono físico, es muy importante para una práctica correcta de este precioso deporte y permitirá un buen rendimiento.

¿Hay que desayunar?

Sí, conviene desayunar, aunque la moda es no hacerlo y tirar de reservas. Dado que el organismo va a buscar grasas en sus reservas, pedalear sin haber desayunado no es bueno para la masa muscular.

El desayuno ideal combinará hidratos de carbono, grasas o proteína, y se debe proporcionar al organismo mucho líquido en forma de agua o isotónicas.

Ojo con el café: sienta bien, apetece, aporta buenas sensaciones, pero si se abusa producirá calambres.

Cuando vamos sobre el sillín, existe un riesgo objetivo de deshidratación. Una hora de esfuerzo puede suponer la pérdida de mucha agua de nuestro organismo y hay que reponerla de forma constante. Pero el agua puede ser insuficiente, porque también estaremos perdiendo sales. Por eso es bueno beber agua abundante, pero también bebidas isotónicas si el esfuerzo es prolongado. En este caso, mezclar el agua con sales minerales también está indicado. 

Cada organismo es un mundo y nadie se conoce mejor que el propio ciclista. Tampoco un día es igual a otro: cambian la temperatura, la humedad… Así que también con el agua hay que tener medida. Nada es bueno en exceso. 

La ingesta de sólidos también es fundamental para que tengamos combustible en esfuerzos prolongados.

Los hidratos de carbono producen un aporte casi inmediato, de ahí el éxito de las barritas energéticas. También se pueden extraer de bocados de pan de molde con membrillo o mermelada. Un plátano no puede faltar sobre la bici, su aporte en potasio y magnesio previene los calambres y además da un poco de energía. Para sesiones largas y tranquilas, frutos secos. 

Los geles deben tomarse con cautela, y sólo cuando necesitemos un aporte inmediato y sólo si lo necesitamos. Deben combinarse con agua.

¿Y después del ejercicio?

Nada más terminar seguir manteniendo la pauta de hidratación y tomar fruta o zumos. Por la noche, carbohidratos (pasta o arroz), proteína, verduras y ensalada.

 

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