La Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) han presentado los resultados del último trabajo publicado en el marco del estudio EsNuPI (Estudio Nutricional en Población Infantil Española), que revela una «incorrecta» ingesta de calcio, fósforo, magnesio y vitamina D en los niños españoles.

Para los responsables del estudio, publicado en la revista ‘Nutrients’, esta conclusión resulta «preocupante» debido a la importancia de estos micronutrientes en la etapa infantil para «garantizar un correcto desarrollo del organismo y para contribuir a la prevención de problemas óseos en etapas futuras de la vida».

«Los niños españoles necesitan mejorar las ingestas habituales de estos micronutrientes, que desempeñan un papel fundamental durante las etapas de crecimiento y desarrollo», ha insistido la doctora Rosa Ortega Anta, catedrática de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

«La buena alimentación de los niños y niñas es uno de los aspectos más importantes para su crecimiento.»

Los autores de la investigación observaron, además, que el consumo de leches adaptadas (leches enriquecidas y fortificadas) puede ser útil en este sentido, pues entre los niños consumidores de leches adaptadas se observó una mejor adecuación a las ingestas diarias recomendadas para todos estos nutrientes, y de forma muy significativa, para la vitamina D.

La leche y los productos lácteos fueron la principal fuente dietética de todos los micronutrientes estudiados en este trabajo, especialmente para el calcio. Sin embargo, y a pesar de ser la principal fuente de diversos nutrientes, el consumo de leche y productos lácteos en la población infantil ha disminuido en los niños en las últimas décadas en muchos países, contribuyendo a que muchos niños no cumplan con las ingestas recomendadas para diversos nutrientes.

Vitamina D y calcio

Según apuntan los investigadores, son de especial interés los resultados obtenidos relacionados con la ingesta de vitamina D, pues su déficit está «muy extendido» entre la población mundial y se considera un problema de salud pública. Su ingesta fue significativamente mayor en los consumidores de leches adaptadas, en todos los grupos de edad y sexo, en comparación con la población general infantil, aunque en ambos casos «resulta insuficiente».

«La leche y los productos lácteos fueron la principal fuente de calcio para los niños del estudio, seguidos de los cereales, las verduras y los productos de panadería y pastelería.»

La principal fuente de vitamina D en la dieta de los niños del estudio fue el grupo de la leche y los productos lácteos, seguidos por los pescados y mariscos, huevos, cereales, papillas de cereales y suplementos y productos de panadería y pastelería.

A nivel de grupos, destaca que un 24,5 por ciento de niños y un 26,7 por ciento de niñas de 4 años o más de la población general presentó una ingesta de calcio por debajo de las recomendaciones, mientras que entre los consumidores de leches adaptadas solo el 8 por ciento en los niños y el 17,5 por ciento de las niñas presentó una ingesta insuficiente de este mineral. La ingesta de calcio también fue más adecuada y significativamente mayor en niños de 6 a 10 años consumidores de leches adaptadas, en comparación con los de la cohorte de población general.

La leche y los productos lácteos fueron la principal fuente de calcio para los niños, aportando el 66 y el 68 por ciento del total del calcio ingerido en niños de referencia y en los consumidores de leches adaptadas, seguidos de los cereales, las verduras y los productos de panadería y pastelería.

Fósforo y magnesio

La relación entre el calcio y fósforo para toda la población fue muy baja (casi el 94% de los niños estudiados tenían una relación calcio/fósforo inferior a 1/1), en comparación con las recomendaciones internacionales, aunque esta relación fue significativamente mayor en los consumidores de leches adaptadas frente a la cohorte de población general infantil en todas las categorías de edad consideradas.

«La relación entre el calcio y fósforo para toda la población fue muy baja (casi el 94% de los niños estudiados tenían una relación calcio/fósforo inferior a 1/1), en comparación con las recomendaciones internacionales.»

La mayor fuente de fósforo en la dieta de los niños fue el grupo de la leche y los productos lácteos, seguidos de las carnes y productos cárnicos, cereales y los pescados y mariscos. Otros grupos de alimentos que contribuyeron en menor medida a la ingesta de fósforo fueron los productos de panadería y pastelería, huevos, azúcares y dulces y verduras.

La ingesta media de magnesio se situó cerca de la ingesta adecuada en ambas cohortes. Aunque entre un 5 y un 54 por ciento de los niños (dependiendo de la edad, sexo y cohorte) presentaron ingestas inferiores a las adecuadas. La leche y los productos lácteos fueron las principales fuentes de magnesio para ambos grupos, seguidos de los grupos de los cereales y las frutas. Otras fuentes relevantes de magnesio fueron las verduras, las carnes y los productos cárnicos y las legumbres.

Fuente: El Heraldo de Aragón

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