El agua es la bebida más sana que podemos ofrecer a un niño y es indispensable para que su organismo funcione con normalidad y se mantenga hidratado. Además el agua le ayudará a eliminar toxinas, depurar el organismo y prevenir el estreñimiento.
No hay un momento mejor que otro para tomar agua, es lo mejor para la salud y el momento ideal es hacerlo cuando tenemos sed, que es el mecanismo por el que el cuerpo nos hace saber que necesitamos beber.

«Los refrescos y bebidas azucaradas no quitan la sed, es más, aumentan las ganas de beber»

Pero hay que prestar especial atención a los bebés y los niños más pequeños, porque son especialmente vulnerables y no pueden informarnos de que tienen sed, ni pueden beber por sí solos.
¿Cuándo puede beber agua un bebé? Durante los primeros meses de vida, mientras se alimentan exclusivamente de leche, ya sea leche materna o de fórmula, los bebés no necesitan tomar agua.
Cuando se sustituyen tomas de leche y se incorporan nuevos alimentos es importante ofrecerle agua al bebé, especialmente si nos encontramos en un entorno caluroso. Siempre que sea posible es mejor tomarla con un vaso, aunque los biberones especiales para agua resultan muy prácticos para llevarlos fuera de casa.
Más adelante ya sabrán pedir agua en el momento que tengan sed pero debemos prestar atención y seguir ofreciendo líquido a menudo, sobre todo en estos casos:
-épocas o espacios con un clima caluroso.
-antes, durante y después de hacer deporte o una actividad física intensa.
estados febriles, en estos casos es necesaria una ingesta extra de agua para mantener la hidratación.
diarreas o vómitos, aunque la ingesta de agua es fundamental, en estos casos no es suficiente. Para retener el agua en el organismo se necesita reponer los electrolitos que se pierden especialmente mediante la diarrea. Es recomendable ofrecer un preparado específico a base de glucosa y sales minerales, en pequeñas cantidades pero con mucha frecuencia.

Otras bebidas para niños

Existen gran variedad de bebidas infantiles, con o sin azúcar, sin gas, enriquecidas con leche o con vitaminas, pero deben consumirse de forma esporádica, sólo de vez en cuando y en ningún caso para calmar la sed de forma habitual.
Los refrescos y bebidas azucaradas no quitan la sed, es más, aumentan las ganas de beber. Contienen una cantidad importante de azúcares añadidos que no son aconsejables para la salud, ni de niños ni de adultos. Suponen una importante ingesta de calorías y no aportan ningún nutriente. Disminuyen el apetito por otros alimentos más nutritivos y favorecen la aparición de caries y el sobrepeso.
Los zumos son una buna opción para ingerir parte del agua que necesitan los niños a diario, aunque no deben tomarse de manera sistemática para calmar la sed. Exprimir fruta fresca en casa es la mejor alternativa, aunque también podemos encontrar zumos envasados 100% naturales y sin azúcar añadido, que contienen diferentes vitaminas y minerales.
Pero una vez más, os recomendamos que prestéis especial atención a las etiquetas de los alimentos, porque muchos zumos envasados incorporan gran cantidad de azúcares añadidos, con las consecuencias negativas que tienen para la salud del niño, si se abusa de ellos.
La leche es necesaria en la etapa de crecimiento, por su gran aporte de calcio y su valor nutricional, pero no debe sustituir la ingesta de agua. Ya que por sí sola, no sirve para mantener un buen nivel de hidratación.
En resumen, ya sea agua embotellada o agua del grifo, no olvides que es la mejor bebida y la más sana que puedes ofrecer a los más pequeños de la casa.
Fuente: pharma 2.0
http://www.pharma20.es/consejos-y-videoconsejos/salud-infantil/agua-la-bebida-mas-sana-para-los-ninos