Para referirnos a algo que sucede muy de vez en cuando utilizamos la expresión “de higos a brevas”. Pero ¿cuál es su origen? Los higos y las brevas son los frutos de una variedad de higueras denominadas bíferas, aquellas que tienen dos fructificaciones a lo largo del año.

El primer fruto, las brevas, se recogen desde finales de mayo hasta julio, con los primeros calores. Su color externo es morado y el interior rojo vivo.

A diferencia de los higos, las brevas son de mayor tamaño y tienen una piel más fina. Menos dulces, su proporción de agua es mayor.

Se comercializan preferentemente para su consumo fresco.

Los higos, segunda fructificación, comienzan en agosto y se extienden durante todo el mes de septiembre.

Verdes por fuera, su interior puede ir del blanco al rosado suave. Más pequeños y aromáticos, su piel es gruesa.

Son muy dulces, y se emplean tanto para comer crudos como para mermeladas y confituras.

Aquellos higos que no maduren antes de la llegada de los primeros fríos, quedarán hibernando hasta principios del verano siguiente, fructificando como nuevas brevas. De ahí la expresión de higos a brevas.

Con un importante aporte energético, Ambos frutos se caracterizan por su riqueza en fibra vegetal, azúcares, vitaminas A y C, y minerales, tales como el magnesio, potasio, calcio y fósforo.

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