Postre tradicional, cremoso y suave, tiene unas excelentes cualidades nutritivas, es de fácil digestión y está muy recomendado tanto para mayores como para niños.
Con un característico color blanco y un sabor ligeramente agrio, se puede elaborar con leche de oveja (más nutritiva), vaca o cabra. Se puede comer con frutos secos, miel, pasas o trocitos de fruta o azúcar en cuencos de barro
Este producto lácteo es el resultado de la coagulación de la leche pasterizada tras haberle añadido un fermento llamado cuajo. En la actualidad, la cuajada que se comercializa se elabora con leche pasterizada, obligatoria desde el punto de vista sanitario, y cuajo en polvo. En el etiquetado debe especificar si es leche de oveja o vaca. Hay que conservarlo hasta su consumo con una temperatura de 0a 4º
Es un postre con una larga historia, muy extendido por el norte y este de España (Castilla y León, La Rioja, País Vasco y Navarra). En la zona vasco-navarra era un alimento tradicional en la dieta de los pastores (mamia o gatzatua). Tras ordeñar las ovejas en un recipiente de madera, kaiku, calentaban la leche con piedras incandescentes y le daba un ligero sabor a quemado. Una vez fría se añadía el cuajo, se mezclaba y se dejaba reposar durante al menos una hora.
Tiene un valor nutricional similar a la leche de la que procede. Es rica en poteínas de alto valor biológico, grasa saturada (el doble en caso de ser de leche de oveja), lactosa, vitaminas A y D, calcio e hidratos de carbono.
 
 
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