Nuestra alimentación debe estar basada en hortalizas y frutas (y especialmente más en hortalizas que en frutas), y aunque para muchos de vosotros esta afirmación es obvia, para muchas otras personas no lo es, ni siquiera tienen esta información porque durante años, la pirámide nutricional, que es lo poco que la mayoría hemos podido ver en el colegio sobre alimentación y nutrición, ha hecho creer que lo más importante en la dieta son los carbohidratos, pan, patatas, pasta, arroz…

«Además de consumir verduras y frutas como base de nuestra alimentación, debemos tener en cuenta cómo las conservamos, cómo las manipulamos, como las cocinamos…»

Y no hace tanto que la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) actualizó su ‘Pirámide de la alimentación saludable’, los cereales, las patatas y demás siguen en la base de la pirámide, por lo que les dan más importancia que a las verduras y frutas que están en la parte superior.

Los expertos ‘sin patrocinadores’ lo tienen claro: Hay que priorizar el consumo de frutas, verduras y hortalizas frente a otros grupos de alimentos, Teniendo en cuenta que la población en España consume los cereales en forma refinada en su inmensa mayoría, no tiene sentido poner este grupo de alimentos en la base ya que son productos de baja densidad nutricional pero alta densidad calórica.

Pues bien, además de tomar la recomendación de que las hortalizas y las frutas conformen la mitad de nuestro plato (la otra mitad se reparte entre hidratos de carbono y proteínas), podemos tomar nota de los 10 consejos para conservar y potenciar el valor nutritivo de frutas y verduras que proporciona a través de una infografía la asociación 5aldía.org.

1. Evita almacenamientos prolongados en la nevera

2. Aprovecha, en la medida de lo posible, las capas y hojas exteriores

3. Lava las piezas enteras y trocéalas posteriormente

4. Elige el consumo en fresco, crudo y sin pelar, cuando el alimento lo permita

5. Evita al máximo la exposición a factores que pueden disminuir el contenido de minerales y vitaminas: luz, calor excesivo, remojos excesivamente prolongados, oxígeno, etc.

6. Pelar, rallar, licuar y/o cortar las frutas y hortalizas justo antes de consumirlas

7. A menor tiempo de cocción, menor pérdida de nutrientes

8. Si se cocina para varios días, enfriar en frigorífico y congelar

9. Añadir un chorrito de vinagre o de zumo de limón en el agua de cocción si el cambio de sabor no altera la aceptación del plato

10. No abusar de la sal añadida

 

Fuente: Gastronomia&Cía

https://gastronomiaycia.republica.com