Los pistachos, uno de los frutos secos más populares, son unos perfectos aperitivos, muy completos y con un gran valor nutricional.

Su nombre proviene del italiano “pistacchio”, aunque también son conocidos como alfóncigos. Su semilla es oval, bajo una cáscara dura y blanquecina, y cubierta por una piel fina de color malva.

Procedente de Asia Occidental, su cultivo se propagó por los países mediterráneos. El árbol, el pistachero, necesita al menos de siete a diez años para alcanzar una producción considerable. Se recolectan cada dos años. Es una planta desértica, que necesitan poco agua.

Tiene un sabor muy característico, dulce y delicado. Se emplea en la cocina, en charcutería y, sobre todo, en pastelería y confitería (pasteles y helados). En la cocina oriental se emplea para rellenos y salsas también. También se puede servir tostado y salado.

Es un alimento muy energético, por su contenido en lípidos y glúcidos. Favorece la salud cardiovascular, reduce los niveles de glucosa y combate el colesterol malo. Fuente de proteína vegetal, es uno de los frutos secos con mayor cantidad de calorías, por lo que se recomienda su consumo con moderación. También, hay que citar otros aportes de los pistachos: calcio, magnesio, zinc, potasio, fósforo, hierro, vitamina E…

Hay que recordar que es mejor para la salud consumir pistachos sin sal con el fin de evitar el exceso de sodio en nuestro organismo.

 

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