El archipiélago canario está lleno de riquezas más y menos conocidas. Los quesos canarios representan un verdadero patrimonio gastronómico, con decenas de variedades autóctonas. Algunos de ellos han obtenido los máximos reconocimientos en certámenes y concursos internacionales.

El queso de cabra majorero es probablemente el más conocido. Su origen es Fuerteventura. Se produce a partir de leche de cabra de una especie autóctona, la cabra majorera, y está controlado por el Consejo Regulador de la denominación de origen Queso Majorero. Se presenta con tres grados de curación, tierno, semicurado y curado. Es de producción muy limitada y es difícil encontrarlo fuera de las islas.

Otra de las joyas autóctonas es el queso Flor de Guía, producido en el noroeste de Gran Canaria. Para el cuajo de la leche de oveja canaria que se emplea en la elaboración se utilizan flores secas de cardos que crecen de forma natural en la isla. Queso de gran cremosidad, el queso propiamente dicho Flor de Guía se realiza solo a partir de flores secas de Cynara cardunculus var. ferocissima y Cynara scolymus. Es perfecto para untar en tostada y consumir como aperitivo.

Hay muchos más quesos de enorme calidad en Canarias y cada isla tiene el suyo: gomero, herreño, palmero… Siete islas, siete quesos.

 

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