La tabla de cortar es un utensilio imprescindible en nuestras cocinas, nos permite trabajar cómodamente con los alimentos de forma más segura y nos facilita la organización. Cortar, picar, trocear, pelar, laminar, o elaborar ingredientes con las manos son algunas de las tareas que realizamos en las tablas.
Las tablas tienen que tener un tamaño adecuado y ser estables. Siempre hay que vigilar que estén limpias, libre de olores y de bacterias, evitando la contaminación cruzada.
Las tablas pueden ser de madera o de plástico. Las primeras son las tradicionales, más seguras frente a posibles bacterias y más resistentes al paso del tiempo. Con distintos acabados y precios, las más habituales son las realizadas con madera de haya, olivo, arce, roble o bambú. Las tablas “sintéticas” de plástico, son más económicas, ligeras y fáciles de limpiar, incluso se pueden meter en el lavavajillas.
Recomendaciones

  • Hay que tener especial cuidado en la higiene y seguridad alimentaria de las tablas. Hay que lavarlas después de cada uso con agua y detergente ( en el caso de las de madera no se deben meter en el lavavajillas).
  • A la hora de guardarlas hay que secarlas a conciencia previamente, preferiblemente al aire. En armarios pueden acumular humedad.
  • Es conveniente alejarlas de fuentes de calor, evitar golpes, cortes muy bruscos y no colocar objetos muy pesados.
  • Para eliminar cualquier posible olor, podemos lavarlas de vez en cuando con el zumo de medio limón y esparcir sal.
  • Cada cierto tiempo es conveniente aplicar una capa de aceite, porque se deterioran, se agrietan, absorben líquidos… Queda de esta manera limpia, desinfectada y sin malos olores.

 
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